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Especialidad
Física Nuclear y de Partículas
Línea de investigación
Física de Astropartículas: Detección de materia oscura
Grupo-IUI
Grupo de Investigación en Física Nuclear y Astropartículas (GIFNA)
Centro de Astropartículas y Física de Altas Energías (CAPA, UNIZAR) y Laboratorio Subterráneo de Canfranc (LSC)

Susana Cebrián Guajardo

Física

Me gustaban las ciencias, pero optar por matricularme en Física fue una decisión de última hora. Como estudiante universitaria disfruté de una beca de colaboración y pude comenzar a trabajar en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc, lo que fue determinante para mi andadura investigadora, que está ligada al estudio de fenómenos que ocurren con probabilidades muy bajas, “sucesos raros”, participando en experimentos para estudiar las propiedades del neutrino o para la detección de materia oscura.

​​En Física, Matemáticas o Ingenierías, sólo una tercera parte del estudiantado son mujeres y esta proporción se reduce más entre el personal docente e investigador y al avanzar en la carrera profesional. En ello seguramente influye la maternidad, porque tener hijos puede limitar el desarrollo profesional. En mi caso, he tenido la suerte de contar con apoyo para no tener que renunciar a nada.

Qué despertó mi vocación

En el instituto tuve muy clara la elección de las asignaturas de Ciencias, pero optar por la carrera de Física fue una decisión de última hora y tomada sin mucha convicción. Ya en los últimos cursos, las asignaturas optativas relacionadas con Física Nuclear y de Partículas, y especialmente el trabajo de laboratorio, me gustaron mucho. Recuerdo, por ejemplo, la impresión al poder registrar con un detector de radiación las emisiones de núcleos radiactivos, que de otra manera son totalmente inapreciables. Pero, sin duda, tener la oportunidad de trabajar en verano con un grupo de investigación en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc y disfrutar en el último año de la carrera de una beca de colaboración fue esencial para decidir que quería llevar a cabo una tesis doctoral e intentar iniciar una carrera investigadora en ese grupo. Gracias al apoyo de profesores y compañeros, hombres y mujeres, lo pude conseguir y casi treinta años después, ahí sigo.

Investigo en…

Toda mi actividad investigadora está ligada al estudio de fenómenos que ocurren con probabilidades muy bajas, denominados “sucesos raros”. Los detectores para registrar tales fenómenos se ubican en laboratorios subterráneos para suprimir la radiación cósmica, que llega del espacio exterior y que enmascararía la señal buscada, y fuertemente blindados de la radiactividad ambiental. En particular, he colaborado en experimentos para estudiar las propiedades del neutrino, una partícula muy abundante pero que interacciona muy débilmente, y actualmente participo en experimentos dedicados a la detección de materia oscura, materia de naturaleza desconocida que no emite ni absorbe radiación electromagnética y por tanto no puede verse, que se estima debe constituir algo más de la cuarta parte del universo. Tratar de detectar algo que puede ocurrir una vez al año en una tonelada de detector es ciertamente un reto. Aunque nuestro trabajo se orienta a la investigación básica, los desarrollos necesarios en los sistemas de detección pueden encontrar aplicaciones en otros campos.

Posibles dificultades: mujer/carrera investigadora

Seguramente no hay carrera fácil, pero la investigadora, desde luego, no lo es, por la precariedad e inestabilidad laboral que conlleva durante muchos años y la presión continua por acumular méritos que te permitan la progresión. A cambio, eso sí, te ofrece un trabajo motivador en el que nunca te aburres y te permite conocer lugares y personas que te enriquecen. En los grados en Física, Matemáticas o Ingenierías, aproximadamente sólo una tercera parte del estudiantado son mujeres. ¿Por qué? La verdad es que no tenemos una respuesta clara.  La proporción de mujeres se reduce todavía más entre el personal docente e investigador, y especialmente, al avanzar en la carrera profesional. En ello seguramente influye la maternidad. Tener hijos puede limitar el desarrollo profesional (dispones de menos tiempo para trabajar, viajar es más complicado) pero afortunadamente los permisos de paternidad que pueden disfrutar actualmente los hombres y la corresponsabilidad en la crianza de los hijos creo que ayudarán a que esa limitación no afecte particularmente a las mujeres. En mi caso, he tenido la suerte de tener el apoyo y comprensión necesarios para no tener que renunciar a nada y poder desarrollar mi trabajo siendo madre de un hijo y una hija.